Mi pensar no tiene una lengua materna y es sólo una sucesión de traducciones, de desplazamientos, de adaptaciones a condiciones cambiantes.

viernes, 14 de enero de 2011

ELOGIO DE LOS SENDEROS CONFUSOS

Es muy bueno tener raíces, mientras uno pueda llevarlas consigo.
GERTRUDE STEIN

Casi con exactitud puedo predecir la siguiente pregunta, después de decir mi nombre, en un acto de presentación. ¿De dónde vienes? Que nauseabundo proceder de entablar una conversación. El acento, el color de los ojos, la forma del trato; necesitan ser encajonados dentro de un sistema clasificatorio.
Y luego vienen los encadenamientos, asociaciones, estereotipos: figuraciones ficticias, arbitrarias, ignorantes en la mayoría de los casos.
Pese a toda la 'apertura' y el cosmopolitismo, el encasillamiento tribal es un recurso preliminar en las interacciones cotidianas.
Raramente ocurre en los encuentros corrientes que aflore una sensibilidad dispuesta a rebasar las fronteras del primitivismo clasificatorio, ofreciendo una sincera empatía, sin el lastre de los apriorismos.
Los dogmatismos situacionales y acerca del otro nos encierran en un agujero de ilusiones que no hacen más que obligarnos a seguir las estelas semánticas preestablecidas. Humpty Dumpty es explícito en este sentido: una vez en el agujero y recorriendo el País de las Maravillas axiomáticas, al menos conviene tener presente quién está al mando de la situación.

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